martes, 23 de febrero de 2016

Un cadáver en la mesa es mala educación - Pedro Badrán





Conocí a Pedro Badrán en Bogotá, cruzándonos a la salida del auditorio donde se disponía a dictar el taller de novela de IDARTES. “Hay mucha gente ya?” “Sí, ya creo que están todos”. Continué mi trayecto al baño sin saber que era el escritor.  Cuando regresé escuché su acento costeño de perfecta vocalización. Tardaba en percatarme de su humor negro porque la uniformidad de su tono para cualquier apreciación nunca variaba al igual que sus gestos.. No tuteaba y entró en materia más pronto de lo que normalmente se espera en una primera clase. De ahí en adelante, pasadas las semanas, entre ejercicios de escritura, desglose de libros  y análisis técnicos del género literario nos presentó uno de sus libros que le otorgó la beca a Francia.

Cuando vi la caratula recordé, sintiendo vergüenza por mis episodios de pérdida de la memoria, que ya en un semestre de universidad había fotocopiado el libro sin recordar que era de su autoría. Como también tenía vagos recuerdos de la trama (doble vergüenza), y como tampoco me agradan las fotocopias, le compré uno de los ejemplares que tenía guardados y me sumergí en Un cadáver en la mesa es mala educación.


Un asesinato en Bogotá, unos redactores ambiciosos de un pequeño periódico, una guapa crítica de arte que acababa de llegar de París, entre otros, convergen en medio de una jugarreta que tiene bomba de tiempo…Qué pienso de éste género literario? Las novelas policiacas generan siempre ese primer pensamiento: sucesos extraños y muertos. Para mi éste es uno de los géneros que más desnuda a los personajes porque el camino que trazan para llegar a la raíz del asesinato pasa por sus miedos y deseos más pueriles. La manera de asumir su profesionalismo se desarrolla al tiempo de sus dolencias e insatisfacciones personales generando una integración intima con ese suceso de interés público.
Quizá es por eso que puedo acercarme más a la realidad, a partir de la ficcionalización literaria de una problemática recurrente de un país. Lo digiero mejor y me aburre menos.

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