miércoles, 27 de enero de 2016

Un proyecto hecho con las patas

Reportaje realizado en noveno semestre para la revista Oráculo, facultad de Comunicación Social-Periodismo, Universidad Externado de Colombia (Bogotá) 2009, pg 20

http://issuu.com/externadopubliweb/docs/oraculo20?e=0/33065264

domingo, 24 de enero de 2016

El portal





Nada diferente en la plaza central de Paipa esa tarde; un bar esquinero cuya arquitectura no concordaba con la uniformidad del pueblo. Tiene muchos espejos, predominancia de madera, música de los 80 gringa, publicidad de cerveza extranjera y cerveza artesanal. En la barra, dos extranjeros, un hombre y una mujer de aspecto juvenil, conversaban en voz baja. Aparte de ellos no había nadie más. Diagonal al bar, las típicas tiendas donde venden paquetes de papas, jabón, costureros, juguetes de plástico, medias y balones de fútbol traídos de Monguí, Boyacá.

El camino que va hacia los hoteles 4 y 5 estrellas, que rodean la laguna Sochagota, famosa por practicar sky acuático, y hacer kayak, empieza con un lote pequeño en el que funciona un negocio de karts. Por cuatro mil pesos se tiene derecho a tres vueltas. La pista sólo consta de un par de curvas adecuadas para generar una adrenalina necesaria por tan poco precio. Los administradores del negocio son una familia conformada por el padre y sus tres niños pequeños que lo ayudan con el negocio.

Luego, por ese camino se encuentran tiendas y restaurantes de paso. Como es usual en Colombia, la mayoría de tiendas disponen de mesas afuera para tomar cerveza. Varios carros y camionetas de gama media y alta se estacionaban durante unos minutos al frente delos sitios. El que se encontraba al final de todos esos negocios tenia las mesas y sillas Rimax amarillas que hacen publicidad a cerveza Águila. Una muchacha de unos 22 años se sentó y pidió unas papas Margarita de pollo y una cerveza.

Cuando las gotas de la primera Águila resbalaban por su frialdad, se acercó un hombre a la tienda. ¿Qué podía tener para despertar curiosidad en alguien? cabello negro con corte clásico, piel trigueña tirando a blanca, zapatos cafés, un jean más bien viejo, y una camisa beige de botones. Se sentó en una de las mesas amarillas y pidió una cerveza. La muchacha que se encontraba justo en frente de él, manifestó incomodidad y con egocentrismo evitaba las miradas del hombre.

-¿Me puedo sentar?

La chica asintió con un movimiento torpe de cabeza. El hombre se sentó cómodamente.

-Voy a pedir una cerveza, tu quisieras otra? Yo invito

La trivialidad invadió los primeros minutos. “¿Estás de vacaciones?” “¿dónde te estás quedando?”. Un instante cualquiera de un día cualquiera en un pueblo turístico de Boyacá…Un sol que se estaba despidiendo bañando la laguna con su habitual tono naranja encendido. Familias seguían pasando en sus camionetas hacia los hoteles.

- Y ¿qué temas te gustan? O sea, en qué te gustaría enfocarte?

La muchacha, con su bolso sin bajar aún de los hombros, continuaba la conversación con su movimiento inseguro de cabeza  y un “sí” insípido. El hombre, que tomaba más rápido cerveza, le avisaba a la muchacha que pediría más.

-Ahí perdonarás lo sapo jeje, ¿estás estudiando actualmente?

La muchacha aunque aún incómoda, decidió soltar más palabras para no aburrirse ella

-Me gusta la música, el otro año entro a la carrera....Y pues...nada, en algún momento pensé en periodismo...Pero es más un hobbie, como escribir, no se, por ejemplo, esos programas que dan en Caracol sobre investigación, que persiguen a gente estafadora, ladrones, son chéveres , o esos donde cazan fantasmas, o hablan con muertos, jaja....

- Sí, sí, a mi toda esas vainas me llaman mucho la atención también.

-...O no se, hace unos años había un programa que se llamaba Creencias, que ponían en un panel como a representantes de religiones, y discutían entre ellos sobre si estamos solos o no, bueno, un montón de cosas...

---Sí, si! Como que yo tengo esa impresión, ese sentimiento de quién manda a los humanos.

-¿Usted dónde es que vive?

-Yo estoy aquí de paso en Paipa, vivo solo en una pieza que alquilo, pero esto es muy tranquilo….

La muchacha con las mejillas un poco rojas por el calor del alcohol, lanzó un comentario inspirado en un aviso en un poste que invitaba a extrañas reuniones en la calle 65 (Chapinero)

-A mi me han dicho que por aquí cerca...en Nobsa, se ven ovnis…Pues, yo no se si creer en eso o no…..

-Mira, Nobsa es un portal, y esa vaina es lo que nadie sabe…
El hombre inclinó su cuerpo hacia la mesa para quedar más cerca de la muchacha y dibujó una sonrisa mirando a un punto fijo de la mesa, como si hubiera tenido claro antes de sentarse que la muchacha iba a hablar de ovnis.

-Mira, digamos, ¿cómo piensas que uno puede llegar allá? Preguntó el hombre con aparente interés

-¿A dónde? ¿A otros planetas?

- Es que digamos, los que tienen la plata y los científicos de la NASA llegan en naves y eso, pero no los conocen…, esa gente no tiene contacto con ellos.

-Usted cree que uno puede ser abducido?

- Los artefactos los tiene uno, o sea, para irse…

- Meditación o algo así?

-En parte, pero hay algo que se fabricó hace muchos siglos aquí en la tierra. Lo que pocos saben es que los ingredientes que son tan simples, fueron pensados para que pudiéramos llegar a ellos. Usted va a decir “uy qué man tan loco”…

-¿Cuál fabricación?

El hombre se puso levemente de pie, pidió dos cervezas y luego le preguntó a la muchacha si quería otra. El frío que empezaba a sentirse hizo cambiar un poco el sabor de las cervezas: ahora eran más agrias, pero inexplicablemente necesarias. El recién conocido le estaba develando a la muchacha algo de lo que el sí tenía pleno conocimiento.

-Usted ha escuchado hablar de la leyenda del Dorado, cierto? Bueno es que en realidad esos muiscas sabían que en el fondo de la laguna de Guatavita  habían extraterrestres pero no sabían que en realidad esos eres quería enseñarles cosas, mandarles mensajes…Les tenían miedo pero les generaban así mismo curiosidad.

-jaja…Bueno, no se, ya esa teoría se excede un poco de la realidad…Pues no digo que sea definitivamente una mentira, pero…

-Es que mejor dicho, voy a ir al grano…Esto que nos estamos tomando no es solo una simple cerveza…Las primeras personas en fabricar vino y cerveza no lo hicieron experimentando así de la nada…Ellos encontraron escritos de mensajes, como instrucciones…Pero como siempre pasa, esa información se quemó y se ocultó

La muchacha empezó a apaciguar el frio cruzándose de brazos, pidió unas Margarita de limón y se sentó de nuevo sin comprender muy bien el punto al que quería llegar el hombre. Se inclinó hacia él comiendo las papas de manera rápida.

-El trago es como una droga especial o algo así?

-Los mismos que están en la laguna de Guatavita, vienen de una galaxia que se llama Ramud..Ellos trataron de enseñarles a los muiscas, a los aztecas y a los incas cómo desafiar la gravedad y el tiempo y el espacio, pero como nunca aprendieron porque eran muy y como muy…crédulos, ingenuos, lo que hicieron los ramudistas fue diseñar un alimento o bebida que pudiera transportarnos psíquicamente para conversar y conocerlos. Entonces químicamente la cerveza, el vino, el vodka, etc, todas esas yerbas y granos, están aptas para nosotros habilitar las neuronas para escucharlos, para acceder a ellos…Jajaja es que en serio usted pensará que yo soy un man re loco, pero igual no dejaré de decir lo que se. Casi nadie sabe eso, pero somos pocos lo que lo hemos entendido, solo que nadie ha bebido en función de abrir la mente

-Ufff ..Yo jamás había escuchado eso, esa teoría…Yo sabía lo de las drogas…Pero hasta ahí..

-Es que ahí está la vaina. Mira, los Rockefeller saben que eso es posible, ellos sabe lo que los seres de esta galaxia ofrecieron, por eso desde hace un siglo o más, las empresas y los dueños de este mundo venden el trago como símbolo de diversión y digamos como algo para relajarse. Hacen que la gente ni se imagine que el trago es un portal de comunicación con extraterrestres.

La conversación siguió de manera calmada. En momentos sus miradas se quedaban en puntos fijos o se distraían mirando a los transeúntes…Gente entraba y salía…Un grupo de hombres mayores pidió otra ronda de cerveza. Los recién conocidos se pusieron de pie algo picados por la cerveza y el hombre le ofreció a la muchacha compañía hasta su hotel En el camino, la luna grande e imponente les iluminó la laguna. A pocos pasos de la entrada del hotel, el hombre prendió un cacho de marihuana y amablemente se despidió. Desde esa distancia se alcanzaba a ver a un vigilante mirando a los dos jóvenes con curiosidad. De lejos se escuchaba la música del lobby del hotel, Richard Cleyderman.

-Chao, hasta la próxima entonces…Bueno, usted por allá en Bogotá, pero bueno, rico haber hablado

-Chao Eduardo, gracias por acompañarme, que le vaya bien.

El hombre desapareció de vista de manera muy rápida, ni sus pisadas se escuchaban. Los insistentes ladridos roncos de un perro se escuchaban a lo lejos. Entre las nubes la luna trataba de asomarse con un amplio espectro de luz. Unos voladores de pólvora hacían ladrar cada vez más al perro que parecía enfermo.




miércoles, 20 de enero de 2016

Otoño sin desayuno (diarios del sur)




Marzo 18/ 2015.
 

(en el taxi del aeropuerto a la casa). Los barrios se me asimilaron a calles colombianas de tierra caliente y sus casas de arquitectura vernácula de los 70, que por alguna razón me hicieron pensar en Montería, Girardot…y tal vez en Cali…Los autos que veía eran modelos que no llegaron a Colombia, como Chevrolet Impala V8, Renault Fuego y un modelo Renault 4 más viejo que el famoso. En las paredes frases de amor con los nombres más comunes de Argentina: ‘Ailen’ ‘Florencia’ ‘Franco’… y así mismo, grafitis en color azul y negro con la palabra ‘Matador’. Tengo emoción hasta de hacer siesta.

La de atrás






Era martes y había tomado desde la calle 127 un bus con dirección a Germania. El vehículo, ya viejo, tenía puestos acolchados, de esos en donde el cuerpo encaja perfectamente. La tarde estaba completamente soleada y la ventana dejaba entrar ráfagas de viento que refrescaban el ambiente. Como siempre ocurre en esos momentos confortables, temí que algo malo pudiera pasar. Pasó, pero no a mí ni a los míos.