Marzo 2014
La Plaza de
Paloquemao es de los mercados de frutas, verduras, lácteos, pescados y carnes
rojas más grandes y completos de Bogotá. En el local Ciro y Adela, venden el
famoso y delicioso melocotón de nombre
reconocido y de vista desconocido; una deliciosa fruta alargada y grande de
color rojo que a simple vista parece un embutido.
Las empresas que hacen yogur no permitieron durante mucho tiempo que vendedores independientes comercializaran la fruta, según Ciro porque temían que el negocio del yogur se les tumbara. Pero Hasta hace un par de años, personas como él y su esposa Adela entre otras pocas, lo traen a Bogotá. “Es muy bueno para la prevención del cáncer” dice Ciro mientras me ofrece un pedazo y se dirige a una canasta a enseñarme otra fruta poco común que tiene la apariencia de una papa pastusa, el Yacon. “Esta por ejemplo previene además del cáncer, los excesos de colesterol. Nuestro local se caracteriza por vender la fruta para que la gente conozca los problemas de salud comunes y la manera para prevenirlos”. El melocotón se puede licuar con leche a manera de sorbete o así mismo elaborarlo como yogur, como lo conocemos popularmente en Colombia.
Las empresas que hacen yogur no permitieron durante mucho tiempo que vendedores independientes comercializaran la fruta, según Ciro porque temían que el negocio del yogur se les tumbara. Pero Hasta hace un par de años, personas como él y su esposa Adela entre otras pocas, lo traen a Bogotá. “Es muy bueno para la prevención del cáncer” dice Ciro mientras me ofrece un pedazo y se dirige a una canasta a enseñarme otra fruta poco común que tiene la apariencia de una papa pastusa, el Yacon. “Esta por ejemplo previene además del cáncer, los excesos de colesterol. Nuestro local se caracteriza por vender la fruta para que la gente conozca los problemas de salud comunes y la manera para prevenirlos”. El melocotón se puede licuar con leche a manera de sorbete o así mismo elaborarlo como yogur, como lo conocemos popularmente en Colombia.
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En San
Victorino, sector comercial y muy concurrido de Bogotá, se parquea un pequeño
trapiche de madera. Desde hace un mes,
el vendedor, Nixon, “Nixon, como el presidente
de Estados Unidos”, motivado por sus ganas de trabajar, decidió aceptar la propuesta de hacerse cargo de las
ventas del delicioso jugo de caña en esta elaboración artesanal, (elaboración y
producto que no se consigue en otro sector de Bogotá). Es una variación más
simple del guarapo, pero este es un jugo básico y muy natural para refrescar.
Los palos de caña desaparecen desde un extremo y en el otro sale una deliciosa
bebida color verdosa en el recipiente de plástico. Es un jugo dulce pero cuya clave
del éxito está en unas cuantas onzas de limón y siempre estar helado. “Los que más consumen jugo de caña son los
extranjeros. Una vez vinieron unos cubanos y cada uno se tomó como seis vasos.
Otro día vinieron unos japoneses que quedaron muy satisfechos con el producto”.
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Víctor arrendó
un local en el callejón del Chorro de Quevedo (Bogotá), instaló computadores
para servicio de internet, comida de paquete, jugos, cervezas, y abrió espacio
para ubicar sus seis baldes gigantes de su propia variación de chicha (bebida prehispánica
de latinoamerica). Desde hace cuatro años, de manera individual y casera se ha dedicado a experimentar con diferentes
variaciones de esta bebida. Sus especialidades, chicha de siete frutas y chicha
de uva y piña: “Se cocinan las harinas,
de maíz y de trigo, se dejan enfriar. Luego se echan en una molla barro.
Después se cocinan las frutas con miel, que quede como una melaza y se dejan
enfriar. Luego se echan en la molla donde se echó la harina y en la molla se
echan panelones”. En sus tiempos libres se dedica entre otras cosas a jugar
ajedrez con extranjeros, uno de tantos que visitan este especial sector de
Bogotá.
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